Cómprame o admírame

Mi sentido del humor y mi locura aventurera extrafalaria y sin sentido diaria. Es lo que más me gusta de mi. Sobretodo cuando no es cosa mía, sino que consigo transportar a quienes me rodean, a mi realidad paralela y mágica. 

Encantado, soy Uri hijo de Fina y Josechu, dos personas que conocieron su amor (único) a los 15 años y que mantienen con regularidad pero admirablemente, frente a las adversidades. Yo soy el segundo hijo. Por delante está mi hermana mayor Laura y por detrás mis dos hermanas pequeñas Sara y Nuria. Compartí mis primeros pasos aprendiendo a jugar con la mejor, la más divertida y con una capacidad para crear mundos mágicos en los que no podías evitar reírte; mi hermana mayor. Más tarde, aprendí a cuidar y hacerme cargo de dos niñas preciosas, y hasta hacerles de padre alguna vez a las dos pequeñas. Des de aquí todo mi amor por tenderle la mano a Nuria para que aprendiese a andar y por acompañar a Sara en su camino más bonito de la adolescencia y sus contradicciones.  Ellas me han ayudado tanto a amar a las mujeres como a escucharlas y cuidarlas. 

Escritor, Dibujante, compositor y mi mejor compañera es la guitarra. Actualmente exploto mi faceta más aventurera, crítica y curiosa estudiando Antropología en la universidad de Barcelona. para los que no sepáis de que va, solo diré: la antropología es la forma de entender lo que no tiene explicación, dándole realidad. Ergo, me hace un mejor observador, capaz de emocionarme con los conocimientos sobre los sinfines de rincones del planeta, donde no se piensa igual que en mi cocorota. Estudiar en Barcelona me lleva a vivir con mi abuela, pero haciéndome cargo del hogar en su totalidad. Si no fuera por ella, actualmente ni sabría cocinar, ni lavarme la ropa, ni gestionarme el dinero y probablmente ni encajar la llave por la puerta. Le debo haberme hecho un hombre y escucharla dándole cariño es mi perfecta medicina a cambio. Pero vivir allí me hace pasar las semanas deseando el sol y el clima de la montaña. Soy una bestia libre, no apta para encerrarse en el zoológico y esperar las visitas. 

Sin música no se puede vivir, no se puede soñar, ni sentir. Es algo que te levanta el alma, te sostiene con los pies en la tierra y a la vez te levita y, sobretodo te permite fascinarte de la inmensidad de canciones, que nunca serán escuchadas y que esperan sorprenderte des de algún rincón de spotify o youtube. Siempre he estado conectado con la música y con todo lo que la rodea, si algún día os cruzáis con Sade (la cantante) le podéis comentar de mi parte que quiero casarme con ella, le dáis mi número 65XX XX XXX. Gracias a mis padres, fuente de inspiración y sabiduría, así como buen gusto musical. 

Me he sentido siempre un culo inquieto, una persona que no se conforma. Que se crea a si misma y que lucha siempre por una superación constante. Exploto mi vena más altruista colaborando en un Grupo Scout, concretamente en el de Makarenko (el mejor), allí llevo a jóvenes que tienen inquietudes y sueños como los míos, y me siento realizado haciéndoles sacar su mejor versión y su mejor sonrisa. Son mi orgullo y mi mayor proyecto social, gracias a vosotros y vosotras mi sueño de ser un gran couch no se olvida. 

Tengo un trabajo genial. Dedico la semana para pagarme los estudios, el dentista y la moto, a un comedor como monitor y cordinador del comedor. Ni os imagináis lo importante que es esa figura en esta etapa. Llevo niños y niñas de 10 años a los que día a día les recuerdo lo sano que es expresar tus emociones ante un problema, y como debemos comer mejor, buenos hábitos y mejores vivencias. Siempre me sorprenden y siempre lo harán, sobretodo cuando con el tiempo tienen un conflicto y te reflexionan a una velocidad de espanto, y te das cuenta de que tu trabajo ya es simbólico, pero formó las raíces.

Por último, con lo que sobra me gusta escribir poesía y escribir este Blog. Pienso que las cosas siempre tienen una doble visión y que endulzar la realidad es tan tentador que no puedo permitirme el lujo de contemplarla sosa. La poesía colorea y atraviesa el aura, se perpetua en nuestras emociones y si más no puede enamorarte o llevarte a un mundo donde el color rojo es pasión y no sangre. 

Como podéis observar, soy un tipo cualquiera, con una vida sexy y con un autoconcepto sólido. Soy Uri, ¿y tú quién eres?

Por cierto, tengo un pato. Totalmente relevante y necesario. 

   

   


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