Ni me gusto ni te gusto. Ni me gustó ni te gustó.
Está claro que sus ojos eran claros. Y que sus labios más que labios parecían llenos de rabio. La vi y.. dios. No parecía ella, más bien parecía que padecía amnesia. Pero yo la vi llegar y le dije: eres mi sedal. Eres mi sed de sal. Eres como esas cosas que no quiero tener cerca porque sino me acosan. Me va a costar, me costará hacerme el fuerte frente a tu postura. Pero guardo mi compostura por si algún día se nos ocurren mejores posturas. Cansado ya de postular palabras que no sirven de nada. Cansado de por tu lado dejar sin servir patrañas. Que por musas o telarañas deje sin telas a calaña que solo teje con tijeras mal cortadas. Me contarán patrañas. Me contagiarán experiencias raras, pero yo sabré ser una persona con escafandra.
De musa a araña. Pasaste de musa a musaraña. Y no se ni como acabaste de ser araña siendo musa de telaraña que tejiendo telas me deja en mi cabaña. Haciendo de lagrimas tintas que escriben versos de legaña.
De telaraña son mis mañanas cuando espero sin tus llamadas. De tela sin araña es mi canción sin tu cara. En las musarañas estan mis recuerdos si no te aman. Si no te agarran, me entran ganas. Me das ganas y a la vez me dan arcadas si pienso en mis entrañas. Llenas de palabras, de para que hablas si no dices nada. De porque andas si el mundo no se separa. De duendes y hadas. De musas y musarañas. De violinistas con telarañas y una bañera llena de caña.
Caña que me das pero que no veo porque me extrañas. Me extrañas como al cafe su taza. Taztame. Taztame como me taztas. No me dejes ser taza de plato sin marcas. No me dejes ser taza de lavaplatos sin agua. Dejame ser tu cuchara que una el placer con las ganas, bajo tus labios se pose y te diga: gracias.
Gracias por si te gusto y tu ni me buscas. Gracias por si se acaban las musas, pero caigo en tu telaraña.