Y fue en un día cualquiera,
que me puse a escribir
sobre tormentas y mareas.
estaba sentado en mi copa,
y tu sin ropa,
te codeabas en la ventana
tras las gotas.
No existía el tiempo,
ya lo dije.
No existía el tiempo.
Repetí.
Estábamos sentados en copas,
y los dos sin ropa.
Nos codeábamos con el tiempo
y sus derrotas.
El respeto lo perdimos,
cuando nos miramos
y nos dijimos,
todo lo que está prohibido.
Y los pájaros no salían,
los pájaros no salían.
Nadie quería llevar al viento
nuestra utopía.
Y te miré tras la ventana.
Hacía frío o eso creía.
Hablabas de tormentas,
pero eran tormentas de agonía.
No existía el tiempo.
lo sé.
No existía el tiempo.
Pensé.
y allí nos encontrábamos.
entre nubes de ideas.
demolidas por bombas
que más tarde usaríamos.
Tic, tac,
tic, tac
Y no existía el tiempo.
Me creía.
Tic, Tac
Tic, Tac
Los prados se convirtieron en verde,
tus ojos se convirtieron en árboles.
Mis labios se convirtieron en héroes.
y tus manos en canciones.
Saltar volando,
correr gritando.
Te miré desde lejos
parecía un video: está rodando.
Subió como la marea,
pero no como melendi
sino de otra manera,
como más sincera.
Estuvo cerca,
pero nunca tan lejos.
Estuvo entre ellas,
pero nunca fue un espejo.
Fue más bien un sueño.
Llovía y yo inmerso.
Tic tac,
sonó el despertador
y se hizo el tiempo.