Soy como un paracaídas, la labia al galope de un caballo que no conduce a ninguna parte. Soy la parte de ti que guiña el ojo. Soy ese teléfono en la foto y esa mordedura de labio cuando te rozo. Me siento salvajemente, me veo en movimiento, borroso. Me noto volátil, intangible, muy poco sólido y demasiado inacabable.
Me siento mota de polvo que se desprende de tu cuerpo cuando llevo días sin tocarte. Me he despertado delirante por tus carnes, desdentado y alocado queriendo roer el hueso de tu más ansiado orgasmo. Quiero formar parte de ese aire que une dos suspiros que se miran a los ojos. Ahora me siento punta de iceberg.
Y aquí estoy, haciendo de nada una montaña. Y nunca mejor dicho.
Una respuesta a “me abultas”