De los que bajan los hombros pero aprietan los puños frente a la realidad,
de los que no se arrodillan y esperan sin pestañear.
De los que ven la TRUMPa y gritan: el hombre es el lobo para su propia maldad.
De los que bajan los hombros pero aprietan los puños frente a la realidad,
de los que no se arrodillan y esperan sin pestañear.
De los que ven la TRUMPa y gritan: el hombre es el lobo para su propia maldad.