En principio,
no quiero dedicarte el típico poema que habla de ti.
Tampoco quiero verte feliz, ni quiero desentrañar mis mañanas soñándote en vida.
Que no quiEro que alumbres salidas en los bosques frondosos de tus malas actitudes.
Ni que apaGues una tarde mal perdida entre cervezas y conversaciones banales.
Quiero solO que dejes de dejarte seducir por todos,
y quieras ser feliz, porque ya no eres ese sueño inalcanzable.
Simplemente lo que hemos hecho de ti.
Sensual satélite condenado a gustarnos de forma insaciable,
sin otro fin.