Pareces un candado de aromas en flores de colores rojos,
Y yo estoy siendo tu ladrón de sueños lunáticos en la negrura que empieza cuando abres los ojos.
Ni se te ocurra insinuar que tu tristeza es como un escarabajo pelotero sumando tragedias, tras las cortinas de pesimismo,
tras las desgracias,
tras los palos,
tras el terror.
Porque desde mi ególatra cornisa, desde mi razón, desde mi cima;
veo como todas tus preguntas se vuelven hormigas,
cuando me asomo solo un poquito
a tu interior.