Lo que no se deshile de tu pensamiento racional,
será solo atisbo de tu yo más animal.
Será entonces cuando dejemos de lado todo eso de «hacernos mayores»,
de las armas sin enemigos,
de los lunes sin asfixio
y empecemos afrontar el porvenir sin razones.
Así,
como balas sin guerras,
las fachadas y las envidias queden enterradas,
y solo perdure su forma eterea,
la que nos hace querer sin miedo
a la respuesta