Ser adolescente es un ir y venir constante.
Es como un pasatiempo cínico.
Como incurrir sin ganas al abismo.
Ser adolescente es un venir e ir delirante.
No pienso demasiado en cómo soy.
Me contento con mi propia consternación.
Y a menudo saludo a mi otro yo,
pero no quiero aborrecer esta relación.
Es increíble no merecerme.
Es fascinante no encontrarse.
Y qué largo es el paisaje
cuando miras solo hacia adelante.
Estoy destinado a resolverme.
Adolescentemente hago cálculos
para a aislarme cual incógnita en mis pasos
y volver siempre para esconderme.
No lo veis, no lo creéis.
Pero no dejo de enviar cartas de auxilio
y salir de mi propio sitio
para romper cualquier baile.
Quiero faltar a todo
y no hacer nada.
Volver al momento donde pintaba
y pedir perdón a mi modo.
Lo siento, lo hice como pude papa.
